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Laia Gimenez Jori

La voz de mi cabeza

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La voz de mi cabeza

A lo largo de mi vida, me he encontrado en algunas ocasiones con la pregunta “¿quién eres?” a lo que respondía “Soy Laia” “Soy psicóloga” “Soy mujer”, y otras. Recuerdo una vez que me dijeron que yo no era mi nombre, que no era mi profesión y que no era mi sexo. Me sorprendió pero estaba de acuerdo. Entonces, ¿quién era? Entendía el concepto de que era mucho más que eso, pero no acababa de saber responder a la pregunta quién soy. Solo hacía caso a la voz de mi cabeza que me decía quién se suponía que era.

A través de la meditación, sabes que tu sigues existiendo aunque tus pensamientos no estén presentes. Que eres quien respira pero estás más allá de tu cuerpo. Entonces si no eres cuerpo ni mente, ¿qué eres?

Fíjate que cuando te despiertas por la mañana, tienes una serie de pensamientos incesantes en tu cabeza. Esto es lo que yo llamo “la voz de mi cabeza”.  Tal vez ahora mismo, mientras lees este artículo, tu mente no para de decirte cosas como “tengo que llamar a Pepe, no lo haré luego que ahora quiero acabar esto, pero tal vez mejor me pongo una alarma que si no me despisto, ostras! no saqué la ropa de la lavadora ves? necesito una alarma” y muchos más. Nos hemos identificado en este tipo de pensamientos, creyendo que somos estos, que esto es nuestra identidad. ¿Quién soy? Soy alegre, espontánea, generosa, meticulosa, guerrera…

Sin embargo, fíjate que estos pensamientos, este diálogo que tienes dentro de tu cabeza, no importa lo que diga la voz; no importa si dice cosas agradables o desagradables, cosas mundanas o espirituales. No importa porque sigue siendo tan solo una voz hablando dentro de tu cabeza. De hecho, el único modo de tomar distancia de la voz de mi cabeza es dejar de diferenciar lo que dice. Deja de sentir  que algunas de las cosas que dice eres tú quien las dice y otras no.

Si la estás oyendo hablar, es evidente que NO eres tú quien habla. Tú eres el que oye la voz. Tú eres el que se da cuenta de que esa voz está hablando.

Pero entonces, ¿por qué está esta voz?

La voz te está narrando el mundo

la voz de mi cabezaEn realidad, la voz te está narrando el mundo. Aunque si ya estás viendo lo que ocurre fuera, ¿por qué la necesitas? ¿de qué sirve que la voz mental te lo repita? Con una simple mirada puedes fijarte instantáneamente en todos los detalles de aquello que estás observando. Si ves un árbol, ves sin esfuerzo todas sus ramas, hojas y brotes. ¿Por qué tienes que verbalizar lo que ya has visto?

Al verbalizar mentalmente la experiencia directa del mundo, la transportas al ámbito de tus pensamientos. Allí se integra con tus restantes pensamientos, los cuales constituyen tu sistema de valores y tus experiencias históricas.

Date cuenta de esto:

El mundo interno es un entorno alternativo que está bajo tu control. Por el contrario, el mundo externo funciona de acuerdo con sus propias leyes. 

Esta manipulación mental de tu experiencia externa te permite amortiguar la realidad que penetras en tu interior. Re-creas el mundo en tu mente, porque no puedes controlar el mundo externo pero sí puedes controlar tu mente. Si no puedes lograr que le mundo sea como a ti te gusta, entonces lo verbalizas internamente, lo juzgas, te quejas de él y después decides qué hacer al respecto. Esto hace que te sientas más poderoso.

Por ejemplo: Estás en un atasco. No puedes controlar el atasco, los coches no van a tu voluntad. Te quejas, te enfadas, o decides ponerte música, hacer una llamada mientras tanto y te dices “voy a aprovechar y llamo a ” y ahí te sientes mejor y más poderoso.

En el mundo del pensamiento siempre hay algo que puedas hacer para controlar tu experiencia.

¿Qué sucedería si decidieras no hacer esto?

Si decidieras dejar de narrarte el mundo y, en cambio, te limitaras a observarlo conscientemente, te sentirías más abierto y, a la vez, más expuesto a él. Esto da miedo porque hace que uno se sienta vulnerable.

Llegarás a ver que tu mente funciona sin parar porque la usas como mecanismo de protección, como una forma de defensa. Hace que te sientas más seguro. Si esto es lo que quieres te verás forzado a usar sin descanso tu mente para amortiguar el impacto que la vida ejerce sobre ti, en lugar de permitirte vivirla de verdad.

Tu intento de sostener y controlar el mundo delata que lo que estás intentado realmente es sostenerte a ti mismo en él. Eso me doy cuenta que es la fuerza de tener una voz en mi cabeza.

De hecho, el verdadero crecimiento personal consiste en trascender la parte de ti que no se siente bien y necesita protección. Esto se logra recordando constantemente que tú eres el que está dentro escuchando la voz. El que está dentro, ese que es consciente de que siempre te estás hablando a ti mismo sobre ti mismo, siempre es´ta en silencio. Ese ser silencioso es la puerta a las profundidades de tu verdadero ser.

Y, si se usa adecuadamente, la misma voz mental que ha sido una fuente de preocupación, distracción y neurosis en general puede convertirse en la platafora de despegue del verdadero despertar espiritual.

Quédate con este pequeño ejercicio:

Cuando un problema te esté molestando, no te preguntes: “¿Qué debería hacer la respecto?” Pregúntate: “¿Qué parte de mí se siente molesta por esto?” Si te preguntas: “¿Qué debería hacer al respecto?”, ya has empezado a creer que realmente hay  un problema ahí fuera que debe ser abordado. Y te remonta a la necesidad de control, sin aceptar que la vida, fluye a través de ti, que el mundo ya existía antes de tu nacimiento y que seguirá funcionando después de tu muerte.

En vez de enfocarte en “la búsqueda de la solución externa” te centras en “la búsqueda de la solución interna”. Tienes que romper con el hábito de pensar que la solución a tus problemas reside en arreglar las cosas fuera. La única solución permanente a tus problemas es entrar en tu interior y soltar esa parte de ti que parece tener tantos problemas con la realidad. En cuanto hagas esto tendrás suficiente claridad para afrontar todo lo demás.

Otra manera de ayudar a separarte de tus propios pensamientos es a través de la respiración. Puedes leer más en mi artículo pinchando aquí.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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