El Amor tiene dos caras
[vc_row][vc_column][vc_column_text]El amor tiene dos caras. Desde mi punto de vista y desde mi experiencia personal. Muchas personas que no tienen pareja y sueñan con tenerla, imaginan e idealizan un tipo de relación de pareja en la que todo, todo, fluye siempre favorablemente y con emociones elevadas de amor, bienestar, gratitud, pasión, entusiasmo y aventura.
A ver, no digo que estos rasgos no formen parte de una relación amorosa, pero como yo digo, el amor tiene dos caras. Una relación de pareja, te muestra cara a cara, aspectos que tienes que resolver en ti mism@. Y créeme, no siempre es agradable verlo:( uno se puede sorprender con emociones que jamás habría pensado que pudiera tener… y es que la pareja hace de espejo. Imagínate por un momento que tienes un espejo delante de ti, además de esos que amplían para que puedas verte todas las imperfecciones de tu piel, bien; pues esto es lo mismo en la pareja. Porque cuando uno vive solo o está sin ninguna relación, hay aspectos de uno mismo que no puede abarcar a ver. Es como el punto ciego de la conducción. Cuando conduces hay un espacio al que se le llama “punto ciego” que no puedes ver porque el ángulo no te lo permite, y tienes que ir con cuidado en según qué maniobras… todas las personas tenemos varios puntos ciegos, que sin una relación delante de nosotros no seríamos capaces de ver.
Esto no vale solamente para una relación de pareja, aunque acostumbra a darse en relaciones profundas, puede ser también en una relación de amistad; el tema es que uno muestra ciertas facetas suyas en relaciones que son más estrechas, o más íntimas como puede ser la relación de pareja. Entonces puede darse una explosión, un choque de trenes, cuando las opiniones o los comportamientos son tan distintos; lo he visto muchas veces en consulta. Sin embargo, este choque de trenes, esta percepción de que “el otro es… ” “el otro hace…” no es más que un reflejo de lo que tú eres… de lo que tú haces… y no te das cuenta o no quieres reconocer. Cuanto menos lo reconozcas en ti, más te va a enervar en el otro. Cuanto menos lo aceptes en ti, más lo vas a proyectar en el otro.
Para darse cuenta que uno tiene los mismos atributos que tanto le rechinan, hay que tener mucha, mucha humildad. Y sabemos que el ego juega malas pasadas. “Es un/a manipulador/a! siempre me engaña, yo no lo hago esto” mmmm, ¿estás segur@? A veces uno lo tiene tan integrado que no se da ni cuenta. Puede que el otro lo refleje mucho más exagerado o intenso, pero tú también lo haces, pues NO PUEDES VER EN EL OTRO ALGO QUE NO ESTÉ EN TU INTERIOR. Puede ser, por otra parte, que “simplemente” aceptes que te manipulen para complacer al otro, pero entonces, estás asumiendo esto de la misma manera que el otro lo hace. No hay maltratador sin víctima. Los dos, juegan un rol en este escenario que es la vida.
Sé que lo que estás leyendo puede sonarte muy tajante, pero si quieres una transformación REAL de tu interior, si quieres sacar la LUZ que hay en ti, tienes que enfrentarte con tus propias sombras. No hay otra manera. No hay otro camino. Tarde o temprano llegará, porque tu alma necesita que estés en paz contigo mism@, que te aceptes, te ames, te nutras, te apruebes, te priorices.
Y no olvides nunca, que la sombra no aparece nunca si no existe la luz. Así que si un día te topas de lleno con su sombra, sea a través de una relación o a través de una experiencia, abrázala, dale las gracias, acéptala. Es ahí donde se inicia la transformación.
Lo que resiste persiste; lo que aceptas te transforma.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
Eva Escudé
Me ha encantado la reglexión y así es. Gracias